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Mostrando entradas de febrero, 2024

La corona del rey Eyiogbe

 Eyiogbe era conocido en la antigua África Occidental como "el rey del orgullo". No era fácil recibir su visita. Ni siquiera permitía que sus sirvientes se mezclaran con la gente del país. Se consideraba más poderoso que el más poderoso de los reyes, más sabio que el más sabio de los hombres, más apuesto que el más apuesto de los hombres. Pero todo aquel falso orgullo sólo servía para ocultar sus miedos y su ignorancia. Este rey tenía una hija que llevaba mucho tiempo postrada en cama con una extraña enfermedad. Había llamado a los mejores curanderos/médicos que hicieron todo lo posible por curarla, pero el resultado era siempre el mismo. La joven princesa languidecía y en sus ojos sólo había una mirada triste y distante. Todos los curanderos coincidieron en que la bella princesa estaba embrujada. Era el resultado de algún hechizo lanzado contra el "rey del orgullo". Podía haber sido hecho en esta vida presente, o tal vez provenía de otra vida, pero era brujería lo

Elegba salva Orunmila de una muerte atroz

Después de los tristes acontecimientos que condujeron a la maldición de Ayáguna y el surgimiento de Yemayá, la vida se reanudó entre los orishas, pero una sombría capa colgaba sobre ellos como una nube amenazante. Todos eran conscientes de que la palabra de Obatalá representaba la ley y su juramento era sagrado. Cumplía lo que juraba hacer. Por consiguiente, esperaban temerosos no oír que Yemayá estuviese encinta. Esto finalmente sucedería, ya que ella y Obatalá habían reanudado sus relaciones matrimoniales. Siendo responsables de la población de la tierra y el nacimiento de nuevos orishas, quienes ayudarían a guiar los destinos de la humanidad, no tenían más elección que continuar su fértil unión. Cuando Yemayá parió un sano y hermoso varón, los orishas gimieron al unisono y esperaron que Obatalá actuara. El orisha mayor, lleno de dolor y remordimiento, pero incapaz de romper el juramento que había hecho de matar cada hijo varón que naciera de su esposa, tomó en sus brazos al recién n

El pacto entre la Muerte y el adivinador.

La habilidad de Orunmila con el tablero aumentó con el tiempo, hasta que su fama como adivinador se hizo legendaria. Las personas llegaban de todas partes del mundo para consultarlo a él y sus sacerdotes, los babalawos. Las conchas de cauri siguieron siendo leídas por Obatalá y los otros orishas, pero había un punto en la lectura en que el adivinador no podía continuar. En ese punto era forzado consultar el tablero de lfá. Incluso la misma Yemayá tuvo que acudir a su anterior marido más de una ocasión. La primera vez se dirigió a él con gran recelo, pero él la recibió tan afablemente, que ella pronto se relajó en su presencia. Pronto se dio cuenta que aunque la relación que tenían se había acabado, podía ahora florecer una nueva amistad. No era lo que quería, pero era algo. Orunmila continuó trabajando con el oráculo, y sus sacerdotes y partidarios siguieron aumentando. Diariamente cientos de personas llegaban a consulta, y muchas debían ser despachadas por falta de tiempo. Luego, repe