Ir al contenido principal

Elegba salva Orunmila de una muerte atroz

Después de los tristes acontecimientos que condujeron a la maldición de Ayáguna y el surgimiento de Yemayá, la vida se reanudó entre los orishas, pero una sombría capa colgaba sobre ellos como una nube amenazante. Todos eran conscientes de que la palabra de Obatalá representaba la ley y su juramento era sagrado. Cumplía lo que juraba hacer. Por consiguiente, esperaban temerosos no oír que Yemayá estuviese encinta. Esto finalmente sucedería, ya que ella y Obatalá habían reanudado sus relaciones matrimoniales.

Siendo responsables de la población de la tierra y el nacimiento de nuevos orishas, quienes ayudarían a guiar los destinos de la humanidad, no tenían más elección que continuar su fértil unión.

Cuando Yemayá parió un sano y hermoso varón, los orishas gimieron al unisono y esperaron que Obatalá actuara. El orisha mayor, lleno de dolor y remordimiento, pero incapaz de romper el juramento que había hecho de matar cada hijo varón que naciera de su esposa, tomó en sus brazos al recién nacido y lo abrazó tiernamente. Luego llamó a Elegba y le dio el niño.


"Elegba, hijo mío, voy a pedirte que me ayudes a cumplir el siniestro juramento que hice y debo llevarlo a cabo según mis propias leyes". En ese momento Obatalá empezó a llorar.

"Pero, Babá-mi", dijo Elegba. "Tú eres la ley. ¿Por qué no puedes romper el juramento?"

"¿Cómo puedo hacerlo si se supone que debo dar ejemplo de la importancia de cumplir un juramento?" , dijo Obatalá sollozando. "Debo cumplir mis propias leyes para esperar que los demás también lo hagan. Pero no puedo hacer esto yo mismo, no tengo la fortaleza. Pero, tú eres el más fuerte de mis hijos a pesar de tu frágil apariencia. Necesito que me ayudes a llevar a cabo el juramento destruyendo el niño".

"Pero somos inmortales. ¿Cómo lo puedo matar?"

"Como padre celestial tengo el poder de destruir mis hijos. Este poder me lo dio Oloddumare esperando que algo como esto podría suceder. Ahora lo transmito a ti. Ninguna otra vida puedes tomar, sólo la del niño".

"Pero, Babá-mi, ¿cómo puedes pedirme que mate a mi propio hermano?", preguntó Elegba, con su compasivo corazón abrumado de horror. "Sólo es un inocente bebé. No tengo el valor para hacerlo".

Obatalá movió la cabeza, sus ojos mostraban el dolor que sentía.

"Debes tener valor, hijo mío. Es tu deber ayudarme a cumplir mi juramento. Quiero que lo hagas de inmediato".

Obatalá se agachó y besó al niño tiernamente, reteniendo con todas sus fuerzas sus lágrimas.

"Pero, Babá-mi, ni siquiera tiene un nombre", dijo Eleggua, apoyando a su hermano contra el corazón. "¿No deberías al menos ponerle un nombre? ¿No merece un nombre?" "Estaba evitando eso", dijo Obatalá. "Así pretendía olvidarlo más rápido, pero sé que nunca lo olvidaré. Su nombre será Orunmila".

Dio la vuelta y se alejó apresuradamente, como si temiera cambiar de parecer.

Eleggua se sentó y arrulló a su hermano. Trataba de pensar de qué forma podría salvar al bebé sin desobedecer a su padre, ya que no tenía la intención de matar a Orunmila. Pronto de su mente surgió una idea, y se paró riendo encantado.

"Orunmila, mi pequeño hermano", dijo él, dando un tierno beso en la cara del niño. "He encontrado la forma de obedecer la orden de nuestro padre y a la vez salvar tu vida. Serás sepultado pero no morirás".

Abrió la mochila que siempre llevaba cruzada en sus hombros y metió al bebé en ella.

"Quédate ahí, pequeño, y no temas", dijo alegremente. "Sé exactamente a dónde debemos ir".

Silbando de alegría, ahora que había encontrado la respuesta a su problema, Elegba se marchó apresuradamente hacia el bosque y pronto desapareció entre los árboles.

Varias horas después estaba de regreso en la casa de su padre.

Obatalá lo esperaba impacientemente. Conocía el noble corazón de Eleggua y estaba seguro de que no cumpliría las órdenes de su padre. Después de enviarlo a destruir a Orunmila, Obatalá se había arrepentido de su decisión y estaba resuelto a violar su propia ley y perdonar al niño. Por eso se horrorizó al ver a Eleggua regresar sin Orunmila.

"Elegba, ¿dónde está tu hermano?", preguntó, temblando por lo que presentía. "¿Lo mataste?"

Elegba, quien no sospechaba que su padre había cambiado de parecer, inclinó la cabeza.

"Tu orden ha sido cumplida, Babá-mi. Acabo de enterrar a mi hermano en el bosque".

"¡Que Oloddumare tenga piedad por nosotros!", dijo Obatalá, cayendo inconsciente al suelo.

En ese momento, Yemayá, quien había oído la confusión, entró a la escena.

"¿Qué pasa, Elegba?" , preguntó ella. Luego, observando que Obatalá yacía en el suelo, se arrodilló al lado de su esposo.

"¿Qué le sucedió a tu padre?", preguntó, sosteniéndole la cabeza en sus brazos. "¿Por qué está inconsciente?"

Elegba decidió decirle a Yemayá la verdad. Sabía que ella era fuerte y justa, y podría guardar un secreto.

"Está afligido, mi señora", dijo, sentándose junto a ella en su posición favorita. "Se vio obligado a cumplir su juramento de destruir todos sus hijos varones, así que me envió con el niño al bosque y me ordenó que lo matara".

"¡Mi hijo!", gritó Yemayá horrorizada. "¡Has matado a mi hijo!".

Dejó que la cabeza de Obatalá deslizara por sus brazos y se paró, con su cuerpo temblando espasmódicamente. Enloquecida de la pena, su cuerpo empezó a aguarse rápidamente, y Elegba vio asustado cómo ella se convertía en el océano que personificaba.

"¡No, mi señora!", gritó. "¡El niño está vivo, no lo maté!" Las arremolinadas aguas detuvieron su furia y muy lentamente Yemayá recuperó su forma normal.

"¿Mi hijo está vivo?", preguntó ansiosamente. "¿Dónde está?

¿Qué ha hecho Obatalá con él?"

"Él se encuentra en el bosque, mi señora", dijo Elegba, suspirando de alivio. "Al principio no sabía qué hacer, pues tenía que hallar una forma de salvarlo y a la vez obedecer las órdenes de mi padre. Luego recordé a Iroko, la gran ceiba que se encuentra en las profundidades del bosque. Es un ser bueno y maternal, creado por Olofi para proteger los bosques. Ya que recibí la orden de matar el niño, decidí enterrarlo hasta la cintura y dejarlo al cuidado de Iroko mientras regresaba a casa a decirle a mi padre que había obedecido su mandato. Sentí que no le estaba mintiendo cuando le dije que había enterrado a mi hermano justo después de hacerlo.

Todos los días iré al bosque, lo alimentaré, le haré compañía y enseñaré lo que necesita saber, y un día encontraré la forma de revelarle la verdad a mi padre".

Yemayá sonrió, abrazando a Elegba con afecto.

"Has obrado sabiamente, hijo mío", dijo ella. "Siempre recordaré tu bondad hacia tu hermano. Y no te preocupes, Obatalá no sabrá lo que has hecho hasta que sea el momento apropiado.

Estoy segura que ahora está sufriendo la pérdida de su hijo. Seré magnánima y lo perdonaré, pues hizo lo que consideró correcto para preservar las leyes de Oloddumare".

Cuando Obatalá despertó de su desmayo, encontró una amable y comprensiva Yemayá a su lado, y a un afligido Elegba que compartía su pérdida. Muchos años pasarían antes de que se enterara del verdadero destino de su malhadado hijo Orunmila, quien estaba destinado a convertirse en el adivinador sagrado y el más sabio entre los orishas.

Comentarios

Entradas populares de este blog

C: Vocabulario de la Charada Cubana

¿Quieres descubrir qué palabras inician con C en el diccionario de la Charada Cubana? Has llegado al artículo que estabas buscando y sabrás qué números jugar en la Bolita o en la Lotería del país en el que vives. Aquí encontrarás las palabras más comunes, más usadas. Ten presente que existen sinónimos para casi todas las palabras, así que no seas inflexible en el análisis de tus sueños o de las cábalas que has presenciado durante tu cotidianidad. A propósito... veo que el término justo es cábala, sin embargo en Cuba decimos cábula, que quiere decir otra cosa. Pero así es la cubanía, no podemos cambiarla. Te confieso que este elenco lo encontré en un resumen que tenía mi abuelo, no puedo decirte con certeza que sea la vieja cartilla que se conocía en los años 50 allá en Cuba, pero sí se que aquí está la sabiduría de varias generaciones de jugadores. Aquí te dejo las palabras que inician con la C.  Te invito a que dejes en los comentarios tus aportes para enriquecer esta lista. Las palab

P: Vocabulario de la Charada Cubana

El Policía es el primer vocablo que viene en mente si te piden que menciones algo que comience con P en el vocabulario de la Charada Cubana, y te diré que el Policía está asociado al número 50. Pues ahora te presento las otras palabras que comienzan con "P" en la Charada Cubana. Ten presente que existen sinónimos para casi todas los vocablos, así que no seas inflexible en el análisis de tus sueños o de las cábalas que has presenciado durante tu cotidianidad. Por ejemplo, si donde vives no hay las palomas que estás acostumbrado a ver en Cuba pero aún así se parecen mucho a una paloma, pues no tengas duda: juega el 24, que no te estarás equivocando. A propósito... veo que el término justo es cábala, sin embargo en Cuba decimos cábula, que quiere decir otra cosa. Pero así es la cubanía, no podemos cambiarla. Te confieso que este elenco lo encontré en un resumen que tenía mi abuelo, no puedo decirte con certeza que sea la vieja cartilla que se conocía en los años 50 allá en Cuba,

M: Vocabulario de la Charada Cubana

¿Estabas buscando la M en un vocabulario detallado de la Charada Cubana? ¿No sabías qué número jugar su soñaste un mono o un muerto? Has llegado al artículo que estabas buscando, aquí sabrás para qué números puedes jugar en la Bolita o en la Lotería del país en el que vives. Aquí encontrarás las palabras más comunes, más usadas, en índice alfabético. Ten presente que existen sinónimos para casi todas las palabras, así que no seas inflexible en el análisis de tus sueños o de las cábalas que has presenciado durante tu cotidianidad. A propósito... veo que el término justo es cábala, sin embargo en Cuba decimos cábula, que quiere decir otra cosa. Pero así es la cubanía, no podemos cambiarla. Te confieso que este elenco lo encontré en un resumen que tenía mi abuelo, no puedo decirte con certeza que sea la vieja cartilla que se conocía en los años 50 allá en Cuba, pero sí se que aquí está la sabiduría de varias generaciones de jugadores. Aquí te dejo las palabras que inician con la M.  Te in