Ochún: coquetería, encanto e inteligencia en una sola energía.

¿Estamos comprendiendo completamente la figura de Ochún? ¿Hacemos justicia cuando hablamos de Ochún?

Cuando hablamos de Ochún, y solo mencionamos su nombre, nos vienen a la mente las palabras sensualidad, belleza, dulzura, encanto, elegancia y refinamiento. ¿Muy bien? Pero... aquí viene el famosa pero, ¿alguien ha mirado de cerca sus otras facetas?

Realmente me encanta, me ha salvado la vida varias veces. Me sacó de la sala de cuidados intensivos de un hospital, después de tener un encuentro personal con ella en esa sala de terapia. Me sacó de una miseria insoportable y me llevó al cuarto de Osha. Así que me niego a aceptar categóricamente que la gente no hable de la sabiduría y la inteligencia de Ochún.

Hemos escuchado o leído muchos patakíes sobre Ochún, la Orisha trabajadora, desinteresada y humilde. Aunque es una reina en toda regla, se muestra muy humilde frente a los demás, a pesar de haber logrado varias hazañas para salvar a la humanidad. Creo que ella fue la única deidad que hizo esto, volando cada vez como una tiñosa hasta el padre de la creación. Incluso cuando ya era la esposa de Orula, para salvarlo de una muerte segura y ser su amada esposa.

Ochún podía tener belleza, podía tener coraje, podía ser coqueta, podía ser elegante, podía ser apasionada y alegre, pero siempre demostró disfrutar de mucha inteligencia, y podemos ver esto en muchos patakíes donde se encuentran hazañas increíbles —cosas que pocos Orisha podrían haber emprendido.

Por ejemplo: para sacar a Oggun de la jungla enviaron a Oyá, pero la Orisha del viento y la centella no pudo con él; enviaron a Yemayá, pero la Madre del mundo no pudo mantenerlo bajo control. De hecho, Oggun las envió a ambas de regreso, después de haberse acostado con las dos. Pero luego fue Ochún, usando sus cualidades femeninas, sabia y pícara, quien cautivó al rudo y salvaje guerrero que era Oggun en ese momento.

Pasemos a otra leyenda que nos habla de la singularidad de Ochún. Cuando Olofin estaba haciendo desaparecer a la humanidad gracias a la sequía que también había matado las plantaciones, Ochún conscientemente se transformó en un buitre (Ibu Ikolè) y voló hasta el palacio de Olofin, volaba para no hacer percibir su llegada e imploró con sus lágrimas y su encanto, dulzura y humildad, la piedad de Olofin. Pidió otra oportunidad para la raza humana, pidió perdón a Olofin y casi de inmediato la lluvia comenzó a mojar la tierra nuevamente. Desde entonces, Ochún es la única mujer Orisha que puede hablar directamente con Olofin. Y cuando las mujeres no pudieron quedar embarazadas y Ochún volvió a pedirle a Olofin su intercesión directa y desde entonces las mujeres mantienen su menstruación con regularidad, dándole a Oshun el dominio absoluto sobre la fertilidad, la reproducción y el útero femenino.

Hay varios otros ejemplos que podríamos citar, lo que sin duda me permite entender por qué esta Orisha aparentemente "sólo sensual" es tan amada, y escribo esto porque realmente quiero hacerle justicia a su figura:

De Oshun aprendemos:

• Que sin humildad y sencillez es imposible agradar y ganar el favor de Olofin.
• Que la perseverancia y la justicia deben reinar en nuestras vidas.
• Que ella nos ofrece dominio sobre los atributos femeninos más emblemáticos: coquetería, sensualidad, dulzura, belleza física. Pero se vuelven vanos e inútiles si no los usamos en simbiosis con la inteligencia. Solo así la sabiduría será el faro de nuestras acciones diarias.

Podemos ser bellas, podemos ser sensuales, sexys, coquetas, amables y cariñosas, pero si no somos inteligentes, si no tenemos sabiduría en nuestras acciones, tanta gracia nos es inútil. Porque para coquetear, enamorarse, amar e incluso hacer el amor con una pareja y mantenerlo fascinado, se necesita mucha inteligencia.

El mayor mérito que tenía nuestra madre Ochún, no residía en sus cualidades femeninas, sino en su capacidad intelectual, su gran corazón y su astucia para lograr todo eso era el propósito primordial de Olofin y los demás orishas ...

De las experiencias de Ochún surge el famoso dicho: "Mejor maña que fuerza".