Obatalá, dentro de la religión yoruba, es uno de los orishas más importantes y venerados. Es considerado el padre de todos los orishas y se le atribuye un amor incondicional por sus hijos, los seres humanos. El amor de Obatalá hacia sus hijos se expresa a través de diversas cualidades y atributos que se le asocian.
En la mitología yoruba, se dice que Obatalá fue creado por Olodumare, el dios supremo, para ser el encargado de la creación del mundo y de los seres humanos. Se le considera el arquitecto divino y el responsable de dar forma a la existencia humana. Se dice que Obatalá modeló los cuerpos humanos a partir del barro y les infundió vida con el aliento de Olodumare.
El amor de Obatalá hacia sus hijos se manifiesta en su carácter compasivo y paternal. Es visto como un padre benevolente y sabio que vela por el bienestar de sus hijos. Se le atribuyen cualidades como la paciencia, la tolerancia y la sabiduría, que son consideradas manifestaciones de su amor.
Obatalá es conocido por su preocupación por el orden, la justicia y la armonía. Se le considera un mediador y pacificador, que interviene en las disputas y conflictos humanos para restaurar la paz y la concordia. Su amor se refleja en su deseo de que sus hijos vivan en un mundo equilibrado y en armonía con los demás.
Además, Obatalá se preocupa por el bienestar espiritual de sus hijos. Se le atribuye el poder de purificar y sanar las almas humanas. Se le invoca en momentos de dificultad, enfermedad o desequilibrio espiritual para recibir su amor y guía. Se le considera un protector y un consejero que ayuda a sus hijos a superar obstáculos y dificultades.
En las prácticas religiosas yorubas, los seguidores de Obatalá buscan conectarse con su amor a través de rituales y ofrendas. Se le ofrecen alimentos, bebidas y otros objetos simbólicos como muestra de devoción y gratitud. Estos rituales buscan fortalecer el vínculo entre Obatalá y sus hijos, y recibir su amor y bendiciones.
En resumen, el amor de Obatalá por sus hijos es considerado profundo y compasivo. Se manifiesta a través de su papel como creador, padre y protector de la humanidad. Sus cualidades de paciencia, sabiduría y búsqueda de la armonía reflejan su amor incondicional hacia todos sus hijos.
En la mitología yoruba, se dice que Obatalá fue creado por Olodumare, el dios supremo, para ser el encargado de la creación del mundo y de los seres humanos. Se le considera el arquitecto divino y el responsable de dar forma a la existencia humana. Se dice que Obatalá modeló los cuerpos humanos a partir del barro y les infundió vida con el aliento de Olodumare.
El amor de Obatalá hacia sus hijos se manifiesta en su carácter compasivo y paternal. Es visto como un padre benevolente y sabio que vela por el bienestar de sus hijos. Se le atribuyen cualidades como la paciencia, la tolerancia y la sabiduría, que son consideradas manifestaciones de su amor.
Obatalá es conocido por su preocupación por el orden, la justicia y la armonía. Se le considera un mediador y pacificador, que interviene en las disputas y conflictos humanos para restaurar la paz y la concordia. Su amor se refleja en su deseo de que sus hijos vivan en un mundo equilibrado y en armonía con los demás.
Además, Obatalá se preocupa por el bienestar espiritual de sus hijos. Se le atribuye el poder de purificar y sanar las almas humanas. Se le invoca en momentos de dificultad, enfermedad o desequilibrio espiritual para recibir su amor y guía. Se le considera un protector y un consejero que ayuda a sus hijos a superar obstáculos y dificultades.
En las prácticas religiosas yorubas, los seguidores de Obatalá buscan conectarse con su amor a través de rituales y ofrendas. Se le ofrecen alimentos, bebidas y otros objetos simbólicos como muestra de devoción y gratitud. Estos rituales buscan fortalecer el vínculo entre Obatalá y sus hijos, y recibir su amor y bendiciones.
En resumen, el amor de Obatalá por sus hijos es considerado profundo y compasivo. Se manifiesta a través de su papel como creador, padre y protector de la humanidad. Sus cualidades de paciencia, sabiduría y búsqueda de la armonía reflejan su amor incondicional hacia todos sus hijos.
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Un día Obatalá fue a casa de Mofa por adivinación y en la consulta le salió este signo. Mofa le dijo: "Babá, usted tiene que cuidar mejor sus cosas no sea que le hagan un robo en su casa y lo perjudiquen grandemente".
A pesar de las precauciones que tomó Obatalá, una noche aquellos ladrones entraron en su casa y le robaron la chiva con la que alimentaba a sus tres hijos.
Cuando Obatalá supo del robo de la chiva, se dio cuenta que sus tres hijos habían sido privados de una importante fuente de alimentación y enseguida maldijo a los de los ladrones diciendo: “deseo de todo corazón que uno de esos ladrones pierda una pierna, que otro de ellos se quede mudo para siempre y el tercero se quede manco por haberme robado la chiva, privando así a mis tres hijos de su leche".
Rápidamente la maldición de Obatalá se materializó, tal como deseaba y consideraba justo.
Fue así como los pobladores de aquella tierra se libraron de los ladrones que perjudicaban sus intereses.
nota: esta leyenda se cuenta cuando en una consulta sale el signo Merinlá tonti Ojuani (14-11)
¿Cómo se manifiesta Obatalá cuando dañan a sus hijos?
Cuando se cree que alguien ha dañado a los hijos de Obatalá, se considera que Obatalá se manifiesta de diversas formas para proteger y buscar justicia para sus hijos. Estas manifestaciones pueden variar dependiendo de la tradición y las creencias individuales, pero algunas de las formas comunes en las que se cree que Obatalá actúa son las siguientes:- Justicia divina: Obatalá se considera un arquetipo de justicia y equidad. Cuando sus hijos son dañados, se cree que Obatalá interviene para asegurarse de que se haga justicia. Se dice que influye en el curso de los eventos para que los responsables del daño sean expuestos o enfrenten las consecuencias de sus acciones.
- Protección espiritual: Obatalá se considera un orisha protector y se cree que vela por el bienestar de sus hijos. Cuando sus hijos son dañados, se cree que Obatalá intercede espiritualmente para protegerlos de futuros daños y para brindarles apoyo y fortaleza. Se le puede invocar a través de rituales y oraciones para recibir su protección.
- Sanación y restauración: Obatalá es también asociado con la sanación y la restauración del equilibrio. Cuando sus hijos son dañados, se cree que Obatalá interviene para sanar las heridas, tanto físicas como emocionales. Se le atribuye el poder de brindar paz, tranquilidad y sanación a aquellos que han sufrido daños.
- Inspiración y sabiduría: Obatalá es considerado un orisha sabio y se cree que proporciona inspiración y orientación a sus hijos. Cuando son dañados, se dice que Obatalá les brinda sabiduría y discernimiento para superar las dificultades y encontrar el camino hacia la resolución y la sanación.
Ahora les cuento una leyenda bastante corta pero emblemática del poder que tiene Obatalá cuando apenas se expresa, especialmente cuando ve en peligro el bienestar de sus hijos.
Obatalá maldice a los ladrones
Obatalá tenía tres hijos llamados Talabí, Salakó y Taladé a los que alimentaba con la leche que daba la chiva que cuidaba en su casa. En ese pueblo había tres ladrones que mantenían a los pobladores en perenne sobresalto, pues con sus continuas fechorías perjudicaban a casi toda la población.Un día Obatalá fue a casa de Mofa por adivinación y en la consulta le salió este signo. Mofa le dijo: "Babá, usted tiene que cuidar mejor sus cosas no sea que le hagan un robo en su casa y lo perjudiquen grandemente".
A pesar de las precauciones que tomó Obatalá, una noche aquellos ladrones entraron en su casa y le robaron la chiva con la que alimentaba a sus tres hijos.
Cuando Obatalá supo del robo de la chiva, se dio cuenta que sus tres hijos habían sido privados de una importante fuente de alimentación y enseguida maldijo a los de los ladrones diciendo: “deseo de todo corazón que uno de esos ladrones pierda una pierna, que otro de ellos se quede mudo para siempre y el tercero se quede manco por haberme robado la chiva, privando así a mis tres hijos de su leche".
Rápidamente la maldición de Obatalá se materializó, tal como deseaba y consideraba justo.
Fue así como los pobladores de aquella tierra se libraron de los ladrones que perjudicaban sus intereses.
nota: esta leyenda se cuenta cuando en una consulta sale el signo Merinlá tonti Ojuani (14-11)
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