Recibe un humilde regalo y termina siendo rico

 Shangó, dios del fuego, dice que debemos construir un almacén con anticipación para que lleguen las ganancias. Crea una galería para las riquezas que llegarán a su debido tiempo. De ahora en adelante, compre ropa nueva para el bebé que nacerá el próximo año.

¿Qué podría hacer Obara para tener una gran cosecha ese año en su granja?

Eshu, el travieso adivino, le dijo que ofreciera dinero, plumas y un manto negro.

Obara comenzó a trabajar la tierra. Plantó boniatos, ñame de agua y ñame amargo.

Un día quiso asar unos boniatos y por mucho que buscó y buscó, no encontró ninguno, así que tomó un poco de maíz, lo tostó y comenzó a comérselo. También asó algunos frijoles.

Mientras tanto, un cazador conoció al Rey del Monte, quien le preguntó qué buscaba.

El cazador le dijo que estaba en la pobreza.

- Espérame, respondió el rey.

Y regresó con 6 calabazas, de las cuales había llenado 5 con cuentas. Se los entregó al cazador, quien, sin saber lo que contenían, los aceptó con indiferencia y continuó su camino.

Más tarde conoció a Obara, mientras comía los frijoles. Obara lo invitó a sentarse y compartir la comida con él. Cuando terminaron de comer y beber, se acostaron a descansar a la sombra de una ceiba.

- Viejo padre, guarda estas calabazas en tu choza para que tengas algo de comer otro día, le dijo el cazador al despertar.

Obara les dio la bienvenida sin darles mucha importancia.

Un día, cuando no encontró nada para comer, pensó que tenía que mirar lo que le había dado el cazador. Trató de abrir la primera calabaza, pero estaba llena de cuentas, al igual que la segunda, la tercera, la cuarta y la quinta. Solo uno era una calabaza real. Tomó sus semillas y las plantó cerca de su cabaña.

Obara se hizo rico. Incluso había vendido una calabaza mágica.

Alrededor de ese tiempo, el cazador regresó ...

- ¿Qué es lo que quieres ahora? preguntó el Rey del Monte.

- Soy pobre y busco riquezas, respondió el cazador.

- ¿Qué pasó con lo que te di el otro día? respondió el rey.

-Se lo di al anciano que tiene una finca allí, explicó el cazador.

- ¡Ah! dijo el rey. - Nunca volverás a ser rico.

Por eso los cazadores nunca son ricos a menos que trabajen la tierra.

Los caracoles dicen que si alguien te da algo, no debes decir que es inútil, no debes regalarlo o rechazarlo, porque la persona a la que estás despreciando se beneficiará de ello.

Nota explicativa:

A todos los hijos de Obara, nunca entreguen el fruto de su trabajo, compártanlo con su familia. Y sobre la calabaza, cómela en casa con tu familia o come lo que te den. Recuerda que la calabaza nace en un patio pero va a dar sus frutos en el patio del vecino ...