El sol, la luna, y el romance del eclipse

 Ofún estaba ciego y cansado, por lo que convocó a Unle y Eyioko. Les informó que les daría a ambos la virtud de abrir las puertas de la luz desde ese día, pero la única condición era que no llegaran tarde y se portaran bien.

Eyioko se emocionó tanto que organizó una fiesta, bebió, se lo pasó bien y se quedó dormido casi al amanecer.

Al ver que Eyioko dormía, Unle quiso esa virtud para sí mismo y se acercó a los pies de Ofún y le dijo: "Padre, he venido en busca de mi virtud". Ofún le dijo: "a partir de hoy abrirás las puertas del día".

Eyioko llegó tarde y así fue relevado de ese puesto, convirtiéndose en el subordinado de Unle, pero con el paso del tiempo, Unle tuvo ese dolor de quitarle la virtud a su hermano y le pidió a Ofún que le diera una virtud para que pudiera estar en paz consigo mismo. Entonces Ofún le dijo a Eyioko: "Serás el rey de la noche y lidiarás con todos los fenómenos que trae la noche, tomarás el control de la luna como Unle tomará el sol". A partir de entonces, Eyioko se convirtió en una oddun femenina, debido a la presencia de la luna.

Cuenta la leyenda que la luna y el sol se aman. El sol se resguarda del calor, da esperanza, da nuevos comienzos pero cuando comienzan a marcar las 6 de la tarde, el señor del sol le da un pase a la luna por su amor. Está pálida, fría y sentimental. Brilla desde la oscuridad porque el sol lo irradia desde lejos, como diciendo "aquí estoy desde lejos te vigilo y día a día estaremos juntos en mente y corazón aunque tenga que verte solo a las 6 cuando hinco la rodilla en el suelo y digo que es hora de que salga la luna ”. Llega coquetamente elegante y ocupa su lugar toda la noche para escuchar a la humanidad mientras piensa en su estrella favorita.

Se dice que los eclipses son solo fenómenos astrológicos mientras que para ellos es una oportunidad de estar juntos sin que él la queme y sin que ella lo enfríe. Un momento para amarnos.

Nota explicativa:

Por razones narrativas he dado nombres sencillos a los personajes de esta leyenda. La Luna se llama Oṣupa en lucumì, el Sol se llama Oorun. Unle no es otro que Unle tonti Unle (8-8) o Eyiogbe mientras que Ofún sería Megua u Ofun tonti Ofun (10-10). Eyioko es simplemente Eyioko aburrido Eyioko (2-2).

De aquí se puede deducir, durante la interpretación del oráculo del diloggun, si la persona a la que asistimos tiene alma femenina, masculina, ya sea ligada a la fuerza solar o lunar. E incluso si ha perdido la vista ... Podemos entender incluso si hay una atenuación transitoria, una decadencia temporal; también, desaparición, desaparición del temperamento de la persona frente a nosotros. Sacrificios hechos por solidaridad o amor hacia el ser querido. Su voluntad o forma de actuar ya no es la misma.

En pocas palabras, Unle y Eyioko nos cuentan mucho sobre la persona. Y Unle nos dice específicamente que alguien dejó de amarse a sí mismo para hacer feliz a otra persona.